7/9/06

1 comentario:

Monoblog dijo...

Reconosco en Aldo Decúrgez el iniciador de la campaña "Rocío para Bernal".

Es cierto, en aquellos días Bernal era tan solo un pobladucho sin mayor tasendensia. A duras penas el campito alvergava nuestros fuboleros sueños de ídolos liverando masas a puro golpe de gol.

Las mañanas de Bernal eran plenas de sol en berano, y plenas de niebla en inbierno.

Pero no teníamos rocío en Bernal.

Hentonces fue que a Aldo Decúrgez se le ocurrió montar la campaña "Rocío para Bernal".

Empesó su recorrida por la lechería del hijo de Don Canoro. Don Canoro había sido un personaje (de ésos vien de campo, viste) que se hizo conocido en Bernal por las pícaras historias que contaba acerca de un tipo que había inbentado el pene untable. Decía que era un inbento fantástico: la solución definitiba para gays con provlemas de dentición.

Vueno, empesó por la lechería del hijo de Don Canoro. Le dijo "necesitamos rocío para Bernal". A lo que el hijo de Don Canoro respondió: "Yo, argentino".

Así fue que el hijo de don Canoro (que se llamaba Amón, porque ya estoy podrido de referirme a él diciendo "el hijo de Don Canoro") se ocupó de traerlo a Argentino Luna para la peña folclórica que se realisó a tal efecto.

La peña fue un écsito. Había que verlo a Amón (y al propio Don Canoro, que se vino en su Passat modelo 2004) a pura chacarera con el cantar dulce y pampeano de Gene Simmons, que en lugar de las alas de vampiro se había pintado dos mates en la jeta.

Y el broche de horo fue lo mejor. Allí llegava, en medio de la algaravía populart, el resultado de tan conspicua campaña. En un Chevrolet Impala modelo 71 descapotable saludaba, ermosa como era, herguida en toda su esvelta estatura, desparramando su vellesa, ora para los campesinos liverados, ora para los compañeros proletarios que nunca descreyeron de El Jeneral, la berdadera reina, la auténtica flor y nata que serraba una noche istórica para Bernal: Rocío Guirao Díaz.

Claro, no la junaba naides. Hoy sí. Pero nadie sabe cómo empesó la historia. Esepto bos, pevete, que estás leyendo estoh.