13/3/08
EL DIGESTOR DE IBARLUCEA
"Frecuentemente cito a Jalón de Kineta." Así empezaba lo que iba a escribir antes de que me sumiera en un prolijo sopor. Y desgano. Y tedio. Y antes de que me asaltaran súbitos deseos de huir hacia adelante y darme la posibilidad de descansar mi mente con esos artefactos de computadora que hacen las delicias del opio de los pueblos.
"Es cierto", me respondo. Solo. A solas conmigo mismo hugoguerreiromartinheitzmente. Porque a nadie le interesan estas reflexiones pequeñas, módicas, cotidíanas. Y está bien que así sea. Porque son como reflexiones compradas en Easy®, al paso y fáciles de armar. Y a precios convenientes. Fútiles y descomprometidas como el azarero que liba -entre vahídos- el fiel de su cochambre.
Y es que, no se equivoquen, allí está el valor de las cosas nuestras... simples y sensibles como El Chaqueño Palavecino entonando la música de la tierra, del adentro... su gloriosa "Zamba para un Hummer tardío" que apuntala nuestro primigenio sentido de pertenencia a un terruño, a una prédica constante del ser y la Patria, a la que encontramos en esas pequeñas cosas: una hamaca mecida por el viento, llorar y emocionarse viendo "Foot Loose" o amar a Nixon, por sobre todo. Sin ambages. Y dando todo de sí.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)